miércoles, 23 de noviembre de 2011

Eficacia del Ministerio Público

La Tercera

Eficacia del Ministerio Público

Más que el tratamiento aislado de los hechos delictuales, estos deben observarse a la luz de patrones de criminalidad.

por Javiera Blanco - 18/11/2011 - 04:00

EL SISTEMA de enjuiciamiento criminal cumplió una década de instalación en nuestro país y constituyó un gran avance en términos de permitir separar las funciones de investigar y juzgar. También hay que reconocer que el Ministerio Público ha tenido importantes progresos en cuanto a haber asumido la seguridad ciudadana en su discurso y tener mayor claridad respecto de su responsabilidad en los niveles de seguridad del país.

Dentro de ese mismo proceso se ha generado una discusión pública, en cuanto a que hoy no basta con tener sólo indicadores de procesos, en relación con acotar la duración promedio de causas, y por ende, el tiempo de respuesta, sino que también es necesario enfatizar la eficacia y la calidad de la misma. En este contexto, surge una serie de desafíos.

Uno de los nudos lo constituyen los archivos provisionales en casos de delitos contra la propiedad con imputados desconocidos, que resultan ser los hechos más frecuentes en la realidad delictual de nuestro país. Por otra parte, en aquellas situaciones de flagrancia o no flagrancia, pero con posibilidad cierta de conocimiento de imputados (especialmente en casos de homicidios y violaciones), la respuesta resulta ser distinta, con altos porcentajes de salidas judiciales y, dentro de éstas, con un porcentaje destacable de sentencias condenatorias.

Así, ¿es posible esperar más respuestas de calidad en los primeros casos y mejorar la percepción que la ciudadanía y las propias víctimas puedan tener del sistema de persecución penal chileno? La respuesta es sí, y ello lo asumen las autoridades. Por un lado, la máxima autoridad de Carabineros ha planteado incorporar una unidad de análisis que esté orientada a la prevención situacional del delito, centrando la presencia en aquellos espacios con mayor recurrencia delictiva y evitando el desgaste innecesario de recursos en patrullajes aleatorios.

En el caso de la Fiscalía y de las policías en tanto servicios auxiliares de ésta, se trataría de crear unidades desagregadas orientadas a la persecución inteligente. Al menos, así se contempla en el Plan de Fortalecimiento del Ministerio Público. Estas se encontrarían orientadas a trabajar bajo la premisa del análisis criminal que implica dimensionar la realidad, no como incidentes aislados, sino como problemas originantes cuya causa debe ser atacada, asumiendo parte de la actividad criminal del país opera en red. Ello explica que las estadísticas nacionales e internacionales hablen de una concentración del 80% de los hechos en el 20% de los ofensores.

Esta evidencia nos señala que los hechos delictuales deben observarse a la luz de patrones de criminalidad, para lo cual es necesario contar con información en línea, incorporando a las instituciones involucradas.

En Chile contamos con nutridas fuentes de información en materia de seguridad pública, sin embargo el problema radica en su utilización como entes aislados, incidiendo en menores niveles de productividad. Existen prioridades claras en las cuales hay que avanzar.