martes, 9 de abril de 2013

La pena de muerte todavía se aplica a niños en Yemen

El Informe de Human Rights Watch “Míranos con el ojo de la misericordia: los infractores menores aguardan su ejecución al borde de la muerte en Yemen” publicado el 4 de marzo de 2013 ha sacado a la luz la práctica de la pena de muerte juvenil en Yemen. El Informe ha identificado 22 casos en los que los sujetos individuales han sido sentenciados a muerte a pesar de existir pruebas en las que se muestra que eran menores cuando cometieron los delitos alegados.


A pesar de la prohibición absoluta de la pena de muerte juvenil según la ley internacional, varios países la han infringido al ejecutar a menores de 18 años. Durante los últimos cinco años, las normas de la ley internacional han sido violadas por países como Irán, Arabia Saudí, Sudán y recientemente Yemen. Existen pruebas de tales prácticas a pesar de que todos estos países han firmado y ratificado tanto el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos como la Convención sobre los Derechos del Niño, en los cuales se prohíbe la pena capital a jóvenes que hayan cometido el delito siendo menores de 18 años.
El último caso llega desde Sanaa (Yemen) donde, el 3 de diciembre de 2012, el pelotón de fusilamiento del Gobierno ejecutó a Hind al-Barti, una joven condenada por un asesinato que cometió cuando tenía 15 años. Además, existen otras 22 sentencias de muerte en Yemen en la última década. Debido a la escasa tasa de natalidad en Yemen, donde el Gobierno registra sólo el 22% de todos los nacimientos, los acusados carecen de documentación para probar que eran menores de edad cuando cometieron el delito. Sin embargo, en algunos casos, a pesar de que consigan probarlo, los jueces los ignoran descaradamente.
El OIJJ quiere hacerse eco del Informe del Observatorio de los Derechos Humanos y contribuir con la abolición de la ejecución de jóvenes por delitos cometidos cuando eran menores de edad. Como defensor implacable de los derechos del niño, el OIJJ seguirá este tema y apoyará firmemente el respeto de las normas internacionales.

Fuente: 
Observatorio Internacional de Justicia Juvenil