El centro de menores infractores atesora un alto nivel de reinsercción, que ronda el 80%, según un estudio de la Universidad de Almería
El centro de menores infractores «Tierras de Oria» se ha
convertido en todo un referente en materia de justicia juvenil. Lo ha
asegurado el consejero de Justicia e Interior, Emilio de Llera, durante
la visita que este jueves ha efectuado a estas instalaciones, que
atesoran un elevado nivel de reinserción de estos jóvenes y que la Universidad de Almería ha cifrado en un 80%, en un estudio reciente.
En estos momentos, este centro cuenta con recursos
suficientes para la ejecución de cualquiera de las medidas judiciales de
internamiento. Dispone de 92 plazas para el cumplimiento de medidas en régimen abierto, semiabierto, cerrado y fin de semana,
26 para las medidas de carácter terapéutico en drogodependencias y 12
para medidas en materia de salud mental. Durante el año pasado fueron
atendidos en estas instalaciones 248 adolescentes, del los que 136
ingresaron durante el 2013 y el resto ya cumplía medidas iniciadas con
anterioridad.
De total de los menores que pasaron por este centro el
pasado año, 155 estuvieron en internamiento ordinario en régimen
abierto, semiabierto o cerrado, 51 en régimen terapéutico de
drogodependencias y 42 en el módulo específico para medidas terapéuticas
de salud mental. Los delitos más frecuentes de los menores actualmente
internos son robo con violencia, quebrantamiento de medidas de medio abierto y maltrato familiar.
En los chicos con medidas terapéuticas de drogodependencia el delito
más habitual es el quebrantamiento, casi a la par con los delitos contra
el patrimonio y seguidos del maltrato familiar. Y en los chavales con
medidas terapéuticas de salud mental la infracción más común es maltrato
familiar, seguido de quebrantamiento de las medidas de medio abierto.
El perfil de los menores es de una edad de entre 14 y 21 años, con un elevado absentismo o fracaso escolar
y con una carencia de afectividad derivada de familias y entornos
conflictivos y con modelos educativos inadecuados. Además, muchos de
ellos tienen una escasa autoestima y un inadecuado control de impulsos,
mientras que otros son habituales consumidores de sustancias tóxicas.
Fuente: http://sevilla.abc.es